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SABER MÁSDescubre qué tipos de materiales de almacenamiento existen, cómo elegirlos y por qué son esenciales para optimizar el espacio y los procesos logísticos
Cuando se piensa en la gestión de almacenes, muchas veces se pasa por alto un aspecto fundamental: los materiales de almacenamiento. Estos elementos no solo permiten mantener el orden y la seguridad dentro de un almacén, sino que también influyen directamente en la eficiencia operativa, la rotación de productos, la facilidad del picking y la capacidad de respuesta ante la demanda.
Un software de Gestión de Almacenes y la elección adecuada de los materiales de almacenamiento puede marcar la diferencia entre un sistema logístico eficaz y uno caótico. Por eso, en este artículo vamos a explorar cuáles son los materiales más utilizados, cómo elegirlos en función del tipo de mercancía y qué beneficios aporta una correcta implementación.
¿Qué son los materiales de almacenamiento y por qué son tan importantes?
Los materiales de almacenamiento son todos aquellos elementos físicos diseñados para guardar, organizar y proteger mercancías dentro de un espacio determinado, ya sea un almacén, una tienda o un centro logístico. Esto incluye estanterías, contenedores, cajas, palets, carros, estructuras metálicas y sistemas modulares, entre otros.
Su función principal es facilitar el acceso, optimizar el uso del espacio disponible y garantizar la seguridad de los productos durante su estancia en el almacén. Además, bien utilizados, estos materiales permiten aplicar técnicas como el método FIFO (First In, First Out) o LIFO (Last In, First Out), fundamentales en la gestión de inventarios.
Principales tipos de materiales de almacenamiento
Los materiales de almacenamiento pueden clasificarse según su función, su forma o el tipo de mercancía que almacenan. A continuación, te presentamos los más comunes:
1. Estanterías metálicas
Son probablemente el material más utilizado en cualquier almacén. Existen diferentes tipos: estanterías de carga ligera, media o pesada; dinámicas (con rodillos) y estáticas; móviles o fijas. Son ideales para almacenar cajas, piezas, productos sueltos o mercancías paletizadas. Permiten un acceso rápido y directo a los productos y pueden adaptarse fácilmente a diferentes alturas y pesos.
2. Palets o tarimas
Los palets son plataformas utilizadas para agrupar mercancías, facilitar su manipulación con maquinaria (como carretillas elevadoras) y optimizar su transporte. Pueden ser de madera, plástico o metal, y son una base fundamental en la logística moderna. Se integran fácilmente con estanterías especiales, como los racks selectivos o los sistemas de almacenaje compacto.
3. Cajas y contenedores
Ideales para almacenar productos pequeños o frágiles, las cajas pueden ser de cartón, plástico o incluso metálicas, dependiendo de la resistencia requerida. Los contenedores apilables o encajables permiten un gran aprovechamiento del espacio. También existen versiones con tapa, asas o compartimentos internos.
4. Sistemas modulares y móviles
Este tipo de material se adapta a las necesidades cambiantes del almacén. Los sistemas modulares permiten reorganizar fácilmente las zonas de almacenamiento sin grandes inversiones. Por su parte, las estanterías móviles, con rieles en el suelo, optimizan el espacio al máximo, ya que eliminan los pasillos innecesarios.
5. Carros y plataformas rodantes
Ideales para el picking o la preparación de pedidos, estos materiales agilizan el movimiento interno y reducen el esfuerzo físico de los operarios. Algunos cuentan con estructuras específicas para productos determinados, como ropa colgada, herramientas o productos de farmacia.

Factores a tener en cuenta al elegir materiales de almacenamiento
Antes de seleccionar los materiales que utilizarás en tu almacén, es importante tener en cuenta ciertos aspectos clave:
- Tipo de mercancía: No es lo mismo almacenar productos perecederos que componentes electrónicos, ropa o materiales pesados. Cada uno requiere soluciones específicas.
- Frecuencia de rotación: Cuanto más frecuente sea la entrada y salida del producto, más accesible debe ser su ubicación. Los materiales deben facilitar esa agilidad.
- Espacio disponible: Aprovechar la altura del almacén, jugar con soluciones apilables o usar sistemas móviles puede ser clave si el espacio es limitado.
- Crecimiento futuro: Optar por sistemas escalables o modulares es una buena inversión si esperas ampliar tu inventario o diversificar productos.
- Normativas de seguridad: Especialmente si almacenas productos inflamables, pesados o químicos. Los materiales de almacenamiento deben cumplir con las normativas de seguridad industrial.
Beneficios de utilizar correctamente los materiales de almacenamiento
Una elección adecuada de materiales de almacenamiento no solo mejora el orden, sino que también aporta ventajas muy concretas a la gestión operativa:
- Reducción de errores en la preparación de pedidos
- Mayor velocidad en los procesos logísticos
- Aprovechamiento óptimo del espacio
- Reducción de accidentes laborales
- Facilidad para realizar inventarios
- Mejora en la trazabilidad de productos
Además, la imagen del almacén también mejora, lo que es importante si se reciben visitas de clientes, auditores o socios comerciales.
Tendencias actuales en materiales de almacenamiento
El mercado está en constante evolución, y los materiales de almacenamiento no son la excepción. Algunas de las tendencias que están ganando terreno incluyen:
- Materiales reciclables y sostenibles: El uso de plásticos reciclados, maderas certificadas o metales reutilizables está creciendo por responsabilidad ambiental y ahorro de costes.
- Integración con tecnología: Algunos materiales de almacenamiento ya incorporan sensores, etiquetas RFID o códigos QR para mejorar la trazabilidad.
- Diseños personalizables: Las empresas demandan soluciones adaptadas a su flujo operativo, productos y espacio. Esto ha impulsado la personalización y fabricación a medida.
Los materiales de almacenamiento son mucho más que simples estructuras o recipientes. Representan una herramienta estratégica en la gestión de cualquier almacén. Su correcta elección, distribución y mantenimiento influyen directamente en la eficiencia, seguridad y competitividad de la empresa.
Invertir en buenos materiales de almacenamiento no es un gasto, sino una apuesta segura por el orden, la optimización del espacio y la mejora continua de los procesos logísticos.